Dos expediciones franciscanas con rumbo a América: la de 1595 y una anterior en 1587

En realidad entre los 5 Mártires de Georgia, a los que estoy estudiando en este momento, hay frailes de 3 expediciones, porque el quinto fraile (el segundo en fallecer), Fray Blas Rodríguez, no había llegado en ninguna de las dos expediciones antes citadas, de las que vamos a hablar ahora, había llegado en una intermedia.

Empezamos por la última la Expedición de 1595, porque fue en la que viajó Fray Miguel Antón, también iban en ella Fray Pedro Fernández y Veráscola. En la Expedición anterior, la de 1587 iba el Padre Corpa y el poeta autor de La Florida, Fray Alonso de Escobedo, también Fray Antonio de Badajoz, quién falleció en Santa Catalina junto a Fray Miguel. Era su traductor, porque llevaba 10 años en América cuando sucedió la revuelta, y hablaba la lengua de los indios. Fray Miguel sólo llevaba dos años. El propio Fray Escobedo, en «La Florida», menciona antes y da más detalles de la última expedición, la de 1597, que de la suya propia, que recoge después, pese a ser anterior.

Galeón representado en «Combate naval entre españoles y holandeses». Anónimo holandés. 1660-1700. Óleo sobre lienzo. MNM 1235

Fray Miguel Antón partió a América desde el convento de Vitoria

Si Ocaña aparece así, de un modo tan desdibujado, en los documentos antiguos que han examinado en años recientes los sacerdotes en América (yo también he podido verlo en un manuscrito del siglo XVI, que se conserva en el Archivo Franciscano de Madrid), hay un hecho contrastado por la documentación encontrada, Fray Miguel salió del convento franciscano de Vitoria en 1595. Los documentos que lo acreditan se encuentran en el Archivo General de Indias (AGI), en Sevilla.

El Señor Bermúdez Plata, director del Archivo General de Indias (AGI) del 24 de abril de 1926 al 16 de agosto de 1952, -salvo el periodo de noviembre de 1931 a septiembre de 1936, por permuta como director de la Biblioteca Universitaria de Sevilla- dice lo siguiente, a Fray Ignacio Omaechevarría, cuando este franciscano preparaba su libro Sangre vizcaína en los pantanos de La Florida (publicado en 1948), y solicitaba documentación al archivo sevillano, el AGI. El Padre Omaechevarría estaba escribiendo este libro dedicado a su paísano, Fray Francisco de Beráscola o Veráscola, otro de los frailes martirizados o asesinados junto a Fray Miguel Antón. La respuesta de Bermúdez Plata -que supongo yo fue manuscrita en esos años- es la versión del Archivo General de Indias, de Sevilla, respecto a cuando tuvo lugar la expedición y señala los lugares donde estaban los conventos de dónde salieron los frailes que fueron:

  • EXPEDICIÓN DEL PADRE SILVA-EXPEDIENTE DEL 10 DE JUNIO DE 1597-EL VIAJE TUVO LUGAR EL 14 DE JULIO DE 1595

«En el folio 51r del libro 2º del legajo 5.538 de Contratación, aparece que el 10 de junio de 1595 haría su expediente para pasar a La Florida el franciscano Juan de Silva, acompañado por los siguientes religiosos de su orden:

Seis del convento de Vitoria:

  • Fray Miguel Arias (1) (de Añon): El director del Archivo de Indias que está haciendo el favor de fotocopiar el documento, debió interpretar Antón, como Arias, curioso otra interpretación mal, otro error que tiene su origen en las abreviaturas, la última letra parece una s. Es muy difícil interpretarlo, Bermúdez Plata podría haber creído leer Arias. Es la única vez -de todo lo que llevo investigado hasta la fecha- que se ha puesto en algún escrito referente a Fray Miguel como apellido Arias, y mira que han estudiado estos hechos infinidad de autores). Se ve claramente una A y una n, luego arriba una virgulilla, una o, y la última letra no parece una n, más bien una s.
  • Fray Pedro Fernández (de Chozas), del que como hemos explicado tenía que comprobar si también era de Chozas de Canales (y podría ser, porque he averiguado que existe una Partida de Bautismo de un niño llamado Pedro Fernández, nacido en 1572, en nuestro pueblo). También se le llamó en su época o posteriormente Pedro Fernández de Chozas (lo llamó así «de Chozas» el Padre Oré, que fue allí 16 años después de los martirios), por lo que algunos autores pensaron que él era el «Padre Chozas», que se menciona en «La Florida». Fallecido el verdadero o bien el original «Padre Chozas», a él que ya se le conocía como Pedro Fernández de Chozas, no sabemos si también a partir del fallecimiento de Fray Miguel Antón, nuestro «Padre Chozas», le empezarían a llamar «Padre Chozas». O sólo lo han hecho los autores que lo han interpretado mal. Es un enigma.

Comprobado que hubo un niño nacido en Chozas de Canales con dicho nombre, Pedro Fernández, podría haber sido también franciscano. Así como Fray Alonso de Escobedo debió conocer muy bien a Fray Miguel Antón (por los muchos datos que de él escribe), el padre Fray Gerónimo Oré debió de conocer bastante a Fray Pedro Fernández, y saber que era de Chozas, puesto que fue quién empleó por primera vez ponerle «de Chozas». En su obra, que se conserva en la Universidad de Notre Dame, en Paris, recoge los cargos que ocupó Fray Pedro Fernández de Chozas a su vuelta a España, que fueron muy importantes.

  • Fr. Pedro de Auñon,
  • Fray Blas de Montes
  • Fray Pedro de Villegas (de Viniegra)
  • Fray Francisco Bermejo

Todos los hechos han contado con controversias, hay autores que no creen que los frailes del primer convento, el de Vitoria, como refleja el Director del Archivo General de Indias, salieran del convento de Vitoria, creen que pudieron salir del convento de Nuestra Señora de la Victoria, en Villarejo Salvanés, en Madrid (tal vez pensando que si la mayoría de los frailes eran de Castilla era más lógico). Y por la similitud de Vitoria con Victoria. Yo no lo creo. El Convento de San Francisco en Vitoria (en ese siglo se escribía Victoria) era un convento franciscano, fundado por San Francisco de Asís, en 1214, de la orden de estos religiosos. Además tenía una Escuela, Colegio de la Anunciatta, que fue el germen de la Universidad de Vitoria, donde se formaría en Teología, Fray Miguel, al que describe Fray Escobedo como «maestro en Teología tan profundo»…

Mi opinión es que Fray Miguel Antón se formó en Teología en este prestigioso convento de Vitoria (País Vasco), como se recoge en el documento que le envió el director del Archivo General de Indias (Sevilla), AGI, al franciscano Omaechevarría. Un convento por desgracia desaparecido, a causa de la especulación inmobiliaria.

Además en dicho documento se señala que 6 frailes salieron del convento de Vitoria y 6 del convento de Valladolid. Está hablando de las ciudades, no de los nombres de los conventos, dado que en ese caso lo lógico habría sido dar el nombre del convento de Valladolid.

Y otros 6 frailes del convento de Valladolid:

  • Fray Francisco de Berascula ( escrito también Veráscola o Beráscola en su lugar de nacimiento)
  • Fray Francisco Pareja
  • Fray Pedro de San Gregorio
  • Fray Francisco de Vila (leáse de Ávila) natural de Toledo y asignado a Ospo, lo que hoy día en Jekyll Island (Georgia). Fue hecho prisionero durante la rebelión de los Guale, maltratado, pero finalmente liberado. Pasado un tiempo tras su liberación -le intercambiaron por un indio prisionero- se marchó a La Habana donde escribió lo que había vivido durante su cautiverio, otros autores señalan que volvió a España y que estaría enterrado en Toledo, en San Juan de los Reyes. Los hechos de su cautiverio los describe también Fray Alonso de Escobedo, en alguno de sus capítulos, y también los detalla el Padre Oré en su Relación (otra de las importantes fuentes que existen sobre estos hechos), en el capítulo VIII.
  • Fray Pedro Ruíz
  • Fray Francisco de Bonilla. Nació en Extremadura, en Talarrubias (Badajoz). Había estado de joven en Nueva España (México), había vuelto y de nuevo marchó para La Florida «ya viejo», según observaciones del Padre Oré (Relación I, 91).

El hecho de la proximidad de los franciscanos con los conventos de los que salieron, no son indicio significativo, puesto que Fray Francisco de Beráscola o Verascola, siendo como era del Norte de España, y por tanto estando más próximo al convento de Vitoria que al de Valladolid, podría haber salido del Convento de Vitoria, y según la relación conservada en el Archivo General de Indias salió del Convento de Valladolid. Por dicho motivo, yo interpreto que cuando existe en el AGI una relación que dice que Fray Miguel Antón y Fray Pedro Fernández salieron del convento de Vitoria, es que posiblemente salieron del convento de Vitoria, donde había un gran colegio universitario, donde se pudieron formar los dos frailes.

  • LA EXPEDICIÓN DE FRAY ALONSO DE REINOSO EN 1587

Es necesario que hablemos también de la expedición anterior a la del padre Silva y nuestro fray Miguel. En la anterior, el comisario fue Fray Alonso Reinoso. Estos otros sacerdotes franciscanos de los que vamos a hablar ahora estaban ya en América desde hacía 8 años cuando partió la segunda expedición, la de Silva. Y contabilizarían un total de 10 años cuando se produjo la revuelta de los indios Guale, que culminó con las 5 muertes. Se les ha pintado, a los dos mártires de esta expedición, el Padre Corpa y Fray Antonio de Badajoz, como frailes de mayor edad, con barbas blancas o grises y hábitos más deslucidos y viejos.

No debe confundirse la expedición anterior, la del padre Silva, de doce o «trece doctos varones castellanos» (f. 155r) con esta de la que hablamos ahora, de la cual formaba parte el padre Escobedo, el autor de «La Florida«, que enumera en una estrofa de su obra, los nombres de todos los de su propia expedición, comenzando por su Comisario Fr. Alonso de Reinoso :

«El uno fue Reynoso, el otro Vigo,
Hojeda, y fray Antonio, y Fustamante,
Corpa, Mancano, Torquemada, Oviedo,
Gómez, López y Ruiz con Escobedo-. (f. 178).

Como comentábamos, Fray Alonso de Escobedo hace mayor hincapié en la Expedición del Padre Silva, que en la suya propia, dedicando a la de 1595 mucha mayor atención. De esta primera expedición, la de 1587, sufrieron martirio, como mencionábamos antes, el Padre Corpa y Fray Antonio de Badajoz, por eso debíamos mencionarla.

No aparece en ninguna de las dos expediciones anteriores, como adelantábamos antes, Fray Blas Rodríguez, que había llegado a América en otra expedición distinta. Él es el quinto franciscano que murió en la revuelta de los Guale en septiembre de 1597. Tal vez por desconocer datos de dicha expedición, y de dicho fraile, no lo menciona Fray Alonso de Escobedo en «La Florida», y habla de 4 martirios en lugar de 5 martirios.

Y continúa diciendo de este viaje, en él que iba él, Escobedo, de esa primera expedición, que parte en un navío hasta La Habana. Salieron de Sanlúcar con un capitán llamado Sebastián de Ybarra cantabriano. Dice que llegaron al Cabo Tiburón (que está en Panamá) para buscar agua y leña y describe una cascada:

«A donde hallamos agua regalada
que daba gusto sólo estar mirando
cual se iría por las grutas despeñando»

Después al partir cuenta como su nave fue asaltada por piratas ingleses, que les robaron lo que quisieron, y que buscaban el oro, y hasta señala desnudaron a la tripulación y al pasaje cambiando sus ropas manchadas de brea por las que llevaban en la nave española. Estos asaltos de piratas eran muy habituales a lo que se llamó la Flota de Indias o Flota del Tesoro, nombre con el que se conoció a la flota española con destino al virreinato de Nueva España, los territorios de ultramar del imperio español. ¡Qué viajes tan complicados y peligrosos!

Una tercera Expedición en 1590

Respecto al quinto fraile que sufrió martirio, Fray Blas Rodríguez he podido comprobar que hay diversidad de opiniones respecto a su lugar de origen: Santa Olalla (Toledo) o bien Cuacos, pueblo del Valle de Plasencia, en la Provincia de Cáceres.  Al parecer, Fray Blas se ofreció en 1590 para servir en la misión de La Florida. En España solicitaban misioneros para América constantemente, había mucha necesidad de misioneros. «El 17 de mayo de 1590, por mandato real se autorizó a doce frailes -uno de ellos Fray Blas Rodríguez- a zarpar hacia el Nuevo Mundo. No todos fueron a La Florida, pero Fray Blas fue uno de los que sí». En el momento de la Revuelta de los indios Guale se encontraba en la misión de Tupiqui, muy próxima a la del Padre Corpa, al que asesinaron primero. No hay certeza absoluta de la ubicación de su misión a día de hoy, se cree que «su doctrina» en Tupiqui pudo estar situada al norte de Eulonia, en el actual Estado de Georgia.

Curiosidades de estas 3 expediciones:

-De los 13 frailes de la Expedición de 1595, solo tres tienen un nombre distinto y único: Juan, Miguel y Blas. El resto de los frailes o se llaman Francisco o se llaman Pedro, 5 y 5 respectivamente. Al menos Miguel en cuanto al nombre, no ofrece confusión alguna, solo hay un Miguel. Y solo hay un único Miguel fraile franciscano martirizado y decapitado en América en el siglo XVI. El nuestro. El que lleva por nombre Blas, en esta expedición, no es el Blas que va a sufrir martirio, es otro fraile.

-Si Fray Pedro Fernández de Chozas había nacido también en Chozas de Canales, como Fray Miguel Antón -he comprobado personalmente que existe una Partida de Bautismo con el nombre de Pedro Fernández en nuestro Archivo Parroquial- y fuera el mismo Pedro Fernández, habría dos frailes de nuestro pueblo toledano que habían estudiado los dos en el convento de Vitoria, en el País Vasco (o bien en el convento de Nuestra Señora de la Victoria, en Villarejo Salvanés, en Madrid, no podemos saberlo con seguridad), y que salieron para América en la misma expedición y navío. Lo que no deja de ser muy curioso, nadie había señalado este hecho, en ninguna de las obras. Nadie dijo que dos de los frailes fueran de Chozas. Y en nuestro pueblo no se sabía. El uno viajó con 25 años y el otro lo haría con 23, en ese caso. Por otro lado las solicitudes de frailes en España iban destinadas principalmente a frailes jóvenes, por la dureza de las misiones que debían afrontar. Los mandatos en América solían durar unos 20 años, y si sobrevivían regresaban a España.

-Fray Pedro de Auñón y Fray Francisco Pareja eran de la misma localidad, y salieron del mismo convento, de nuevo esta era otra casualidad, pero aunque está en el listado de la expedición, el primero -Pedro de Auñón- enfermó y no salió al viaje. Se quedó en Sanlúcar de Barrameda. La casualidad sería la misma, que si hubiese dos frailes de Chozas. Salvo porque uno de ellos, fray Pedro, al final no pudo embarcar. De no haber enfermando y no haberse quedado en tierra, habría habido dos franciscanos de Auñón, en esa expedición. Y en un grupo tan reducido de 13 religiosos.

-Pese a que Pedro de Auñón se sabe que al final no llegó a embarcar, en el listado que da Fray Alonso de Escobedo en La Florida, aparece como el fraile que ocupa el séptimo lugar, en la relación que hizo.

-Pese a que el expediente de la expedición de Fray Miguel se realizó el 10 de junio de 1595 para ir a La Florida, a nivel burocrático, lo cierto es que entre el expediente y la fecha de salida de la expedición pasó algo más de un mes. Algunos autores ponen como fecha de salida de la expedición la del expediente de la expedición, el 10 de junio. En dicha fecha se realizó el trámite administrativo. Yo me inclino porque el dato cierto es que «Partieron de Sanlúcar el 14 de julio de 1595 en la nave, San Francisco, con Pedro Sedeño como capitán (obra: «Experiencia misionera de Keegan y Tormo Sanz«, 275). En el contrato firmado con la Casa de Contratación, Sedeño convino en acompañar a las otras naves de la flota hasta San Juan, Puerto Rico. A los frailes les dieron el uso exclusivo del alcázar y de la cabina trasera. A Sedeño le pagaron ochocientos quince ducados y esta cuenta se dividió entre el tesoro real y la subvención para La Florida (Geiger, Conquest, 62-3). Dado los frecuentes asaltos por piratas, nunca viajaba una nave sola, solían ir varias naves de apoyo, y en esa época en los navíos tuvieron que poner cañones, para disuadir los frecuentes ataques de piratas que buscaban el oro y mercancías que se transportaban en dichos barcos. El P. Keegan realizó su tesis doctoral sobre las misiones ayudado por un gran entendido en la materia, que era Tormo Sanz, un seglar.

-También sorprende que Fray Francisco de Verascola saliera del convento de Valladolid, siendo de Cantabria, es decir del Norte de España. Lo más lógico es que hubiese ingresado en el convento de Vitoria, como los anteriores. En el Archivo General de Indias indican que salió del de Valladolid. Perfectamente, por tanto, los castellanos, Fray Miguel Antón y Fray Pedro Fernández pudieron salir del de Vitoria (País Vasco), tal como se recoge en el documento conservado en el AGI, en Sevilla.

-Fray Alonso de Escobedo no debió conocer a Fray Blas Rodríguez, ni tener datos de esa tercera Expedición, por eso no le nombra cuando describe la historia de los martirios.

De interés:

Podemos hacernos una mejor idea de estos viajes a América y estas expediciones, si contemplamos retazos de nuestra Historia, como yo he hecho en el Museo Naval de Madrid, un lugar que merece la pena visitar. En él he contemplado fabulosos cuadros, maquetas, pecios, mapas, globos terráqueos… que me han transportado un poco más a lo que vivieron y sintieron en esos viajes.

  • Primer Homenaje a Cristóbal Colon, por José Santiago Garnelo y Alda, 1892 Museo Naval de Madrid. Figuró en la Exposición Internacional de Bellas Artes de 1892, y más tarde en la Exposición Universal de Chicago de 1893, donde obtuvo el máximo galardón. El tema, como se ha dicho en muchas ocasiones, representa la llegada de Colón a tierras del Nuevo Mundo, exactamente a una pequeña isla del archipiélago de los Lucayos a la que el Almirante bautizó con el nombre de San Salvador. Capta, junto al Almirante, la llegada de los hermanos Pinzón que traen consigo la bandera de la Cruz Verde, que más bien era el estandarte de armas, más que la bandera de los Reyes Católicos. La llevaba Cristóbal Colón en todos los navíos por seña, con una F y una Y, en castellano medieval, por Fernando e Ysabel: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y otra de otro. El Almirante viste jubón rojo y sobrepelliz con cuello de armiño. Fue pintado en 1892 para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento. Sin duda, una de las piezas más destacables de la colección del Museo Naval. Su donación al Estado fue realizada por don Juan Alvargonzález en 1996. @Museo_Naval

Recoge una escena de 103 años antes a la llegada de los frailes de la expedición de 1595, en la que iba Fray Miguel Antón.

  • Modelo de la nao «Santa María» Miguel López Leal 1892. Madera, metal y fibras textiles: La Santa María era propiedad del marino Juan de la Cosa y Cristóbal Colón la eligió como capitana de su armada por ser la de mayores dimensiones. Al llegar a América, su gran calado provocó que encallara y con sus restos se construyó el fuerte Navidad. Colón realizó el viaje de vuelta a bordo de la carabela «Niña». Esta maqueta se construyó para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América. 1892. MNM.

  • Carta Universal JUAN DE LA COSA Manuscrito sobre pergamino La Carta de Juan de la Cosa es el primer mapa en el que se representa América. Aparece como una gran mancha verde en su parte continental. Las islas de las Antillas presentan un mayor detalle por ser las primeras a las que llegaron los castellanos en sus primeros viajes. El trazado y la decoración del mundo antiguo -Europa, África y Asia- mantienen la herencia de las cartas portulanas medievales. MNM 257

La Carta de Juan de la Cosa es la pieza más importante del Museo Naval de Madrid, y una de las más importantes en la historia de la cartografía mundial. Una forma ilustrada de entender el mundo conocido en el siglo XVI. La Carta Universal de 1500 es el documento más antiguo donde aparece el continente americano. Se realizó sólo 8 años después de que Colón llegara a América.

  • Exploraciones y conquistas. Tras los primeros viajes de Cristóbal Colón, la Corona autorizó nuevas expediciones para la exploración de las costas americanas entre las que destacaron las de Alonso de Ojeda, Vicente Yáñez Pinzón o Juan Ponce de León. Vasco Núñez de Balboa cruzó en 1513 el istmo de Panamá y descubrió el océano Pacífico, al que llamó Mar del Sur. Pocos años más tarde, Hernán Cortés conquistó el Imperio azteca y Francisco Pizarro hizo lo propio con el Imperio Inca. Hernando de Soto recorrió los actuales estados del sur de Norteamérica y, en 1565, Pedro Menéndez de Avilés fundó la ciudad de San Agustín de la Florida.

  • Cuadro: Brugada -12 octubre 1492.

  • Globo terrestre Vicenzo María Coronelli 1688 Papel, madera y latón: A partir del siglo XVI la producción de globos se popularizó tanto por su uso en navegación y geografía como por su presencia en bibliotecas y centros humanísticos. Con ellos, se daban a conocer los descubrimientos de navegantes que ampliaban los confines del mundo. De entre sus fabricantes destaca el veneciano Vicenzo Maria Coronelli, uno de los más importantes cosmógrafos y cartógrafos, cuyos globos se hicieron famosos en las cortes europeas.
Combate naval entre españoles y holandeses. Anónimo holandés. 1660-1700. Óleo sobre lienzo. MNM 1235
  • El galeón: Procedía de la evolución de la nao y la carraca para conseguir un barco más grande y más rápido. Tenía altas superestructuras en castillo y toldilla y formas más alargadas, acercándose a la estilizada elegancia de la galera. El aparejo, normalmente en tres mástiles, recordaba al de la nao pero era más alto y tenía más superficie vélica. Fue en España donse apareció la necesidad de crear galeones optimizados par ala guerra armados con entre cincuenta y ochenta cañones, que se integraban en las armadas y proporcionaban protección a las flotas de la Carrera de Indias. Robusto, maniobrero y veloz, el galeón fue el dueño de los mares hasta que evolucionó para convertirse en el navío de línea.

Para llegar a sus destinos, estas expediciones debían soportar las inclemencias meteorológicas (que les podían hacer naufragar), los posibles ataques de piratas y enfrentarse con otras naves de países con los que se estaba en guerra. Llegar hasta América era ya de por sí un milagro, como describe también en otro episodio Fray Alonso de Escobedo en «La Florida».

Fray Miguel y el resto de los 12 frailes franciscanos de su expedición llegaron a San Agustín, y tras unos días de descanso, el Padre Francisco Marrón, el día de San Francisco de Asís, les asignó a cada uno su destino.

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Sobre la autora:

Dori Rodríguez García nacida en Chozas de Canales (Toledo – España). Periodista, Licenciada en Ciencias de la Información, en 1987, en la Universidad Complutense de Madrid. Becaria en el Gabinete de Prensa de Televisión Española. Trabajó en las revistas «Tele-Ticket», «Mucho más», «Cómplice» y «Greca» de la Editorial española Sarpe y posteriormente de la editorial alemana Axel Springer. Seguidamente, siguió su labor en otra editorial española, Globus Comunicación, en las revistas «Bricolaje y Decoración», «Brico», «Cocinar Hoy», «Cocina Semanal», «Decoración clásica», «Casas de siempre» y «Cocina Ligera», donde ejerció de redactora jefe. Actualmente es Directora Adjunta de la revista digital: Nutriguia.com y Directora de Adoronews.com


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