Francisco Coloma y Boliaga, Gobernador de Filipinas

Tío del I y II Marqués de Canales, Pedro y Manuel Coloma, por tanto uno de sus familiares más ilustres. Tío abuelo de la III Marquesa de Canales, María Teresa Coloma Serdás de Tilly, quien en su testamento le señala así, como «su tío». Riojano, nacido en Navarrete, en 1617, hijo de una de las familias más nobles de esta localidad, falleció en Filipinas, en Manila, el 21 de septiembre de 1677, donde fue enterrado. Descendiente de la rama riojana de la Casa de los Coloma, su escudo y otro de su familia, son dos de los muchos que se conservan en algunas fachadas del casco histórico de esta localidad. Francisco Coloma, como muchos de sus familiares, fue un gran hombre de Estado, y llegó a ostentar el título de Gobernador de Manila, al final de sus días.

Falleció en esta ciudad, del continente de Oceanía, cuando solo contaba 60 años, y sin haber tenido descendencia, por lo que su herencia fue muy disputada, en España.

Estudió Letras en la Universidad de Alcalá, con el grado de bachiller, y se licenció en la facultad de Artes (1639) y después en Derecho Canónico. Empezó la carrera administrativa como abogado por los Reales Consejos y llegó a ser alcalde mayor en varias localidades. Fue asumiendo puestos, cada vez más relevantes, durante más de veinte años, hasta llegar a ser nombrado Oidor de la Real Audiencia de Manila (1661). Finalmente, falleció habiendo ascendido a Gobernador de las islas (1677), durante tan sólo unos meses.

Destinado a Filipinas

El licenciado Francisco Coloma y Boliaga llegó a Filipinas el 29 de marzo de 1661 para desempeñar el cargo de Oidor o Auditor en la Real Audiencia, cargo con que fue nombrado por el rey Felipe IV (1606-1665). Con el tiempo, Francisco Coloma llegó a ser el 29º Gobernador General de Filipinas y también el 5º Gobernador General de Filipinas de la Real Audiencia de Manila. Alcanzó el título más alto, el de Gobernador General de Filipinas, desde el 11 de abril de 1677 al 21 de septiembre de 1677, solo durante 5 meses, hasta la fecha de su fallecimiento. Los cargos que desempeñó en dichas islas se detallaban en las memorias que dejó escritas y protocolizadas ante un escribano en Manila, para la redacción de su testamento. Fragmentos de dichas memorias (que se conservan muy deterioradas en Manila) se incluyeron en otras protocolizadas por algunos de los distintos pretendientes a heredar su mayorazgo y fundaciones en Navarrete. En una de ellas se indica lo siguiente respecto a sus numerosos cargos: «El licenciado Francisco Coloma del Consejo de su Majestad, el católico Rey de las Españas, Sr. Carlos II (1661-1700), su Oidor más antiguo, Presidente de la Real Audiencia de estas Islas Filipinas y Legítimo Gobernador y Capitán General de ellas por su Majestad. Juez privativo de los Reales Derechos de la media anata y papel sellado del Tribunal y Juzgado de Bienes de Difuntos, Presidente de las Reales Almonedas de estas Islas Filipinas y así mismo Juez Asesor del Tribunal de la Cruzada en ella».

Era hijo de Pedro Coloma y Ana de Boliaga, como indica también en dicha memoria. «Vecino natural de la villa de Navarrete, Obispado de Calahorra, en La Rioja, Reynos de Castilla». Casado con Doña María de Cuellar y Cisneros, el 22 de junio de 1662, su legítima mujer, natural de la villa de Madrid, Corte de su Majestad en dichos Reinos de Castilla. Ambos residentes en la ciudad de Manila cuando dejaron las disposiciones para hacer sus testamentos, ante el escribano público de Manila, Nicolás de Herrera, estableciendo poder del uno al otro para testar y el que de los dos sobreviviere, para hacer testamento, según se refiere en dicho poder. En el cual dejaban nombrados herederos, lugar de sepultura y albaceas testamentarios, para que cumplan y hagan cumplir dichos testamentos.

El escudo o los escudos de
los Coloma en Navarrete

Escudo de Francisco Coloma, Virrey y Capitán General de Manila, en Navarrete, La Rioja. Fotografía: Ayuntamiento de Navarrete (La Rioja).

El escudo o los escudos que pueden contemplarse todavía en el pueblo riojano de Navarrete, en la calle Mayor, en unas de las fachadas nobles, están dedicados a él. El más espectacular, al menos, así lo señala en una leyenda. Tiene arriba una corona real, con la siguiente inscripción: «Estas armas son de Francisco Coloma, Virrey y Capitán General de Manila». Debajo de esta leyenda, hay anotada una fecha que es 1684 (7 años después de su fallecimiento), hay otros autores que creen que fue encargado por algún heredero. Incluso hay quien señala pudo hacerse a instancias de Pedro Coloma Escolano, I Marqués de Canales. El segundo escudo podría haber sido de él también, de Francisco Coloma, o sólo de la familia Coloma, dado que el abuelo de la Marquesa de Canales, Pedro Coloma Novajas (familiar de Francisco, posiblemente primo) también disponía de un mayorazgo y bienes en dicha localidad riojana.

El otro escudo de la familia Coloma, que se conserva en Navarrete. Fotografía: Ayuntamiento de Navarrete (La Rioja).

Saber más:

La III Marquesa de Canales, Sor Teresa de Jesús (ingresó en un convento de clausura en Valladolid), señala en su testamento, fechado en 1718, que tanto el mayorazgo de su abuelo como en el de su tío Francisco Coloma, en Navarrete, lo están ocupando personas ajenas a la familia, sin pagarles nada y sin que les corresponda ocuparlos, es decir de manera no legítima.

Auditor Mayor de la Real
Audiencia de Manila

En un principio Francisco Coloma desempeñó el cargo por el que fue a Filipinas con dos gobernadores generales de las islas, Diego de Salcedo y Manuel de León. Él llegaría más tarde también a ser Gobernador, como anticipábamos arriba, en los últimos meses de su vida.

Cuando llegó a Manila su cargo de Auditor Mayor fue impugnado por Francisco de Sotomayor y Mansilla, que trabajaba también para la Real Audiencia y creía que dicho cargo tendría que haber sido para él. Como Francisco Coloma contaba con el apoyo del entonces Gobernador Salcedo, Sotomayor no tuvo más remedio que conformarse con el segundo puesto dentro del rango. Pese a que Sotomayor no cejaría en su empeño, de alcanzar dicho título, en ningún momento.

Coincidió con Sor Juana de San Antonio

Llegados a este punto, también quiero resaltar un hecho muy curioso y que le relaciona con el pueblo de Chozas de Canales, de alguna manera. Al llegar a las Islas como Auditor Mayor de la Real Audiencia, en marzo de 1661, coincidió por unos meses con nuestra paisana Sor Juana de San Antonio, hasta que falleció nuestra misionera, la «chocera» más universal, el 15 de julio de 1661, con 73 años. Concurrieron en Manila, Francisco Coloma y Sor Juana de San Antonio, durante tres meses y medio, por lo que el expediente de la religiosa pudo llegar a sus manos. Lógicamente cabría esperar que lo haría. Recordemos que Sor Juana de San Antonio había viajado en 1620 hasta Manila con sor Jerónima de la Asunción (pintada por Velázquez) y otras religiosas para fundar en 1621 el primer convento de monjas clarisas en Filipinas.

Saber más de Sor Juana de San Antonio:

Cuando Francisco Coloma llegó Manila, con ese cargo en la Audiencia, Sor Juana, que en reiteradas ocasiones había sido abadesa del convento de monjas clarisas que habían fundado, estaba retenida en un domicilio particular a la espera de que su obra literaria fuera examinada por la Inquisición, cuyo tribunal y máximas autoridades estaban en México. Tal vez estuviera pendiente de ser trasladada hasta allí, pero hay que tener en cuenta que los «galeones de Manila» solo zarpaban una vez, o como mucho dos veces, al año. Se sabe que se encontraba en la casa particular de una señora local, retenida y fuera de su convento. Se supone, que se hallaba, tal vez, a la espera de volver a cruzar el océano Pacífico hasta México, para ser juzgada presencialmente o de que sólo juzgasen sus obras, dada su avanzada edad. No tenemos la certeza de si llegarían a conocerse, lo más seguro es que sí.

Dado el cargo con el que Francisco Coloma llegó a Manila,y que además era también Juez Asesor del Tribunal de la Cruzada, es más que posible que tuviera conocimiento de la situación de nuestra monja. Como oidor o auditor en la Real Audiencia de Manila, lo más seguro es que llegara a sus manos el expediente de Sor Juana de San Antonio, retenida por un asunto de fe. Sor Juana fue, como ya dijimos en su día, una gran escritora mística, como santa Teresa de Jesús, con visiones celestiales que debió detallar en confesión y dejó escritas en sus extensas obras. Este conocimiento debió escandalizar a su confesor, que temeroso se cree la delató ante representantes del Santo Oficio en Manila, antes de la llegada de Francisco Coloma a las islas.

Finalmente el problema se resolvió de una manera natural, al poco tiempo de llegar Francisco Coloma a Manila, sor Juana de San Antonio, mayor y muy enferma, falleció. Años después de su muerte, en 1668 el Tribunal de la Inquisición estudió su caso. «Proceso y causa criminal contra la madre sor Juana de San Antonio, religiosa de Santa Clara, en las islas Filipinas», 1668. Archivo General de la Nación (AGN), Ciudad de México. Inquisición. Tomo 603, número 3, folios 122r-42r.

Cuando los colaboradores de la Inquisición en Manila, tras la denuncia del confesor, fueron en su día a reclamar sus libros, el resto de las hermanas de su convento en Manila declararon que los habían quemado ellas y que no sabían ni quien los había escrito, ni qué ponían, apoyando en todo momento a Sor Juana, su antigua abadesa. Hasta testificaron que ella no sabía leer ni escribir, por lo que empleaba una amanuense (cosa que sabemos hacía, ha quedado escrito en Noticias de la verdad, dadas las múltiples tareas que hacía ella a diario y añado yo tal vez debido también a la bonita letra de la amanuense, para escribir los textos). Lo cierto es que Sor Juana leía y escribía perfectamente, dado que se había formado en el colegio de Doncellas Nobles de Toledo, durante cuatro años. El conocido como Colegio Silicio, por su fundador, el Cardenal Silíceo, fue una institución singular de enseñanza, donde las niñas aprendían a leer y escribir, en primer lugar, y a hacer las tareas del hogar, de cara a un futuro matrimonio. Y además, consta que sabía leer y escribir, porque en su convento toledano de Santa Isabel se conservan varias cartas manuscritas de sor Juana de San Antonio, que así lo demuestran.

A Francisco Coloma se le señala como pariente próximo de la familia Coloma. Se le nombra como «tío» de los tres primeros marqueses de Canales. Luego sería de esperar que estuviese al tanto de las numerosas tierras que el abuelo Pedro Coloma Novajas había comprado en la provincia de Toledo. Recordemos que Pedro Coloma y Novajas compró el señorío de la Villa de Chozas de Canales y su jurisdicción en 1643. Y tres años después, en 1646, fundó el mayorazgo regular de dicha compra junto a su esposa, Mariana Escolano. La mayoría de dichos terrenos estaban en nuestro pueblo, Chozas de Canales, localidad donde había nacido Sor Juana de San Antonio. ¿Sabría Francisco Coloma que la anciana monja retenida en una vivienda particular de Manila era del pueblo donde su pariente Pedro Coloma Novajas había adquirido el señorío y vasallaje años antes?

Al principio llegué a pensar que Francisco Coloma podía haber sido incluso hermano de padre del abuelo Pedro, hijo de distinta madre. En la memoria que dejó escrita para que se elaborara su testamento indica que le deja cierta cantidad, un legado, a Francisca de Cuellar y Cisneros, viuda de su hermano Pedro Coloma, sin mencionar el segundo apellido. Y el nombre y el primer apellido me llevó a hacer dicha suposición. No es cierto. Francisco Coloma tuvo un hermano llamado también Pedro Coloma Boliaga, casado con Francisca de Cuellar y Cisneros, una hermana de su mujer. Dos hermanos se casaron con dos hermanas, ambas eran viudas. Lo he comprobado en el documento de inventario de bienes que elaboró Francisca de Cuellar y Cisneros al fallecer su esposo, que se encuentra en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Salvo por ser familiar directo del abuelo Pedro Coloma Novajas, Francisco Coloma no tuvo ninguna conexión con nuestra localidad, como sí tuvieron más tarde dos de sus «potenciales» herederos, sus sobrinos, Pedro y Manuel. Al primero le dejó un legado en su testamento. Dejó distintos legados (dinero) a sus sobrinos, tal vez solo a los primogénitos de sus numerosos hermanos o familiares.

El mayorazgo de Francisco Coloma

El I Marqués de Canales, Pedro Coloma Escolano, también fue uno de los que defendieron su derecho a la herencia de Francisco Coloma. Su sobrina, la III Marquesa de Canales, María Teresa Coloma Serdás de Tilly, menciona al tío Francisco expresamente en su testamento, fechado en 1718, cuando dice que «cede y renuncia en dicho su Monasterio de Valladolid «a la Hacienda contenida en la fundación del Mayorazgo de Pedro Coloma, mi primer abuelo, que está sita en la Villa de Navarrete, en la Rioja, la cual ha algunos años están algunas personas intrusas en ella, sin pagar cosa alguna, como tampoco lo han hecho del Mayorazgo en que sucedí por muerte de Don Francisco Coloma, mi tío (que santa gloria haya)», dando cuenta de una escritura firmada ante un escribano (hoy día notario) en Madrid por su tío Don Pedro Coloma, I Marqués de Canales. Por tanto nos señala que tenían una especie de «ocupas» en los dos mayorazgos, el de su abuelo Pedro Coloma y el de su tío Francisco Coloma.

La Marquesa detalla que todo ello «consta en la Escritura de Transacción y obligación que se otorgó en la Villa y Corte de Madrid, a 8 días del mes de mayo de mil seiscientos ochenta y nueve entre Don Pedro Coloma, Marqués de Canales, mi tío, y el reverendísimo Padre Diego de Heredía de la Compañía de Jesús y otras personas, «en todos los cuales dichos mayorazgos por derechos y acciones sucedió mi padre y señor (que santa gloria haya) y después de su fallecimiento recayeron en mí como su única y universal heredera y es mi voluntad se hagan por dicho mi Monasterio todas las diligencias conducentes para la reivindicación y derecho en virtud de esta renuncia y cesión que hago para que cobre y perciba todos los frutos y rentas que han rentado y podido rentar desde la ilícita detentación y así mismo cobre, haya y perciba todo lo que en adelante rentare», eso dijo Sor María Teresa de Jesús en su testamento, antes de profesar, en 1718, como monja de coro y hacer los votos, tras llevar ya el preceptivo año de noviciado, en el convento. Para mí lo que dejó escrito en su testamento la III Marquesa de Canales, antes de profesar como monja de clausura, y de renunciar a todos sus bienes, goza de toda la credibilidad. Ella conocía todos los datos de su familia y además renunciaba, en dicho protocolo, a todo lo material. No tiene ningún interés en mentir. Fue una mujer muy culta y se desprendió, por su vocación religiosa, de todo lo material, pese a haber sido poseedora de una inmensa fortuna.

Por desgracia, no menciona ante qué escribano firmó su tío dichas escrituras y mientras no se descubra este hecho resulta imposible llegar al documento, en el que según señala la Marquesa, se detalla la herencia de Francisco Coloma y su parentesco.

Llegó a ser 5º Gobernador
General de Filipinas


La carrera de Francisco en Manila fue muy convulsa, como el devenir político en las islas. Tras un golpe se depuso al Gobernador Salcedo, ocupó su lugar Juan Manuel de la Peña Bonifaz, en 1668 y la nueva administración de las Islas hizo encerrar a Sotomayor y demás miembros de la Real Audiencia en las afueras de Manila. El nuevo Gobernador y sus partidarios se apoderaron de la fortuna del Gobernador Salcedo, 14.000 pesos, y un total de 400.000 pesos procedentes del Galeón de Manila.

Debido a su exitosa intervención a la hora de sosegar dicho tumulto de 1668, motivado por la prisión del gobernador Diego Salcedo, Don francisco Coloma solicitó un hábito militar, y este precioso hábito con bordados de Manila, se conserva en el museo del convento de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid. Yo he podido contemplarlo, y el director del museo del convento pucelano, Jesús del Río Rodríguez, me comentaba que los dragones que aparecen bordados, dan cuenta de la importancia del Señor que iba a lucir dicho hábito, en las ceremonias religiosas. Posiblemente lo luciría sobre el uniforme de Capitán General, o sobre algún traje de gala, en los actos más importantes.

Tras la muerte de Francisco Coloma, este impresionante hábito militar debió pasar a manos de su sobrino Pedro Coloma Escolano, I Marqués de Canales, quien defendió, como decíamos, su derecho a la herencia de Francisco Coloma. Como Pedro Coloma Escolano no había tenido hijos, el hábito debió heredarlo a su muerte su hermano, Manuel Coloma Escolano, II Marqués de Canales, y de este llegó a manos de su única hija, María Teresa, la III Marquesa de Canales, que lo llevó consigo al convento de San Joaquín y Santa Ana, de Valladolid, en el que había ingresado. Dejó a su monasterio este hábito, otros textiles litúrgicos, y muchas posesiones más, cuadros, joyas, alfombras, objetos de plata y una inmensa suma de dinero, con la que asumieron las obras de remodelación del viejo convento y la nueva capilla, a cargo de Francisco Sabatini, arquitecto real. Con su dinero se pagaron también los tres cuadros encargados a Francisco de Goya, los únicos del pintor aragonés en Castilla y León. Y también los otros tres cuadros pintados por uno de los cuñados de Goya, Ramón de Bayeu.

El hábito militar de Francisco Coloma se encuentra en el Museo del Convento de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid. Es una distinción honorífica, concedida por su defensa ante el golpe de estado en Manila. Es un hábito equivalente a los que en España portaban los Caballeros de la Orden de Santiago y de Calatrava, por ejemplo. Todo un símbolo de valor, honor y lealtad.
Capa pluvial con bordados orientales, que formaría parte del hábito militar concedido a Francisco Coloma, por su acción heroica durante un tumulto en Manila. Debió heredarlo su sobrino Pedro Coloma Escolano. Al no haber tenido hijos recayó, a su vez, en su hermano, Manuel. Y finalmente lo heredaba la única hija de este, María Teresa Coloma. Cuando ella ingresó en el convento de San Joaquín y Santa Ana, en 1717 como novicia, lo llevaría consigo, entre otras muchas valiosas pertenencias. Era inmensamente rica. Museo de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid, Orden del Cister.

Casado con una viuda,
que tenía una hija

Quince meses después de llegar a Manila, el 22 de junio de 1662, Francisco Coloma Boliaga, se casó con María de Cuellar y Cisneros. Lo más lógico es que la ceremonia tuviera lugar en Madrid y no en Filipinas, en presencia de su hija y yerno. Posiblemente en la iglesia de San Ginés. Ella era viuda y contaba con una hija, Juana de Cuadros y Cuellar, de un matrimonio anterior. Su primer marido fue Juan de Cuadros, ambos, María y Juan, eran nacidos y vecinos de Madrid, y habían sido bautizados en la iglesia de San Ginés. Curiosamente, una hermana de su mujer, Francisca, estuvo también casada con su hermano Pedro Coloma Boliaga, en la familia Coloma este no será el único caso de dos hermanos casados con dos hermanas, como veremos más adelante. En la familia Coloma hubo además muchos Pedros… Pedros Colomas, como el mismo padre de Francisco Coloma Boliaga, lo que en ocasiones induce a error, a confundir los diferentes Pedro Coloma.

Lo cuenta el propio Francisco Coloma en sus disposiciones testamentarias, que su «hermano Pedro Coloma (ya fallecido) estaba casado con Francisca de Cuellar y Cisneros», que era su cuñada y también era viuda, como su propia mujer. Además Francisco Coloma le deja también un legado al hijo de su cuñada Francisca de Cuellar y Cisneros, Fray Nicolás de Merlo, que era religioso en la iglesia de Milán. Francisca había tenido ese hijo con su primer marido.

Volvemos a la azarosa vida política de Francisco Coloma en Manila. Todavía estaba en cuestión quien era el Auditor Mayor, si Coloma o Sotomayor, que se creía con más méritos. El rey Carlos II nombró otro gobernador el 24 de junio de 1668, que llegó a Filipinas en julio de 1669, y sometió a juicio a todos los que habían tenido que ver con el golpe que habían dado.

Nombrado Gobernador

Las cuestiones militares y religiosas se mezclaron en numerosas ocasiones en las islas. De hecho cuentan que Francisco Coloma se dirigió con el nuevo gobernador De León al convento de Tondó en Manila, con gran despliegue militar, para influir en la elección del nuevo Superior Provincial de la zona. El candidato que había en el convento no era del agrado del nuevo gobernador.

En 1677, tal vez en el mes de marzo o de abril, quince años después del enlace de Francisco Coloma con María de Cuellar y Cisneros, fallecía la esposa, sin haber tenido descendencia con el tío Francisco. Cuentan que al poco tiempo de haber asistido al sepelio de María de Cuellar falleció el Gobernador De León (quién tenía obesidad mórbida) de una hemorragia el 11 de abril de 1677. Ese mismo día Francisco Coloma, el «tío Francisco» que en esa fecha presidía la Real Audiencia de Manila como Auditor Principal, se convirtió en 5º Gobernador General de Filipinas, de la Real Audiencia de Manila.

Francisco Coloma debió ser una gran persona. Una de las primeras medidas que tomó la administración del nuevo Gobernador Coloma fue la enajenación de la finca De León, que ascendía a 250.000 pesos. La fortuna requisada fue destinada a caridad: 50.000 pesos para la Misericordia, 33.000 pesos se destinarían a la fundación de capellanías, 12.000 pesos iban a ser empleados en la reconstrucción del Hospital San Lázaro en Santa Cruz (Manila) y otros 12.000 serían destinados a la reconstrucción del seminario en Santa Potenciana. Y hasta los 8.000 pesos que en 1668 se llevaron a Nueva España (territorios de ultramar, reinos de Indias), y que habían sido reclamados por los kapampangan (habitantes en la región filipina de Pampanga) a Francisco Coloma, les fueron devueltos gracias a su intervención. Acudieron a él, tras su nombramiento, para pedir justicia, y Francisco Coloma, el nuevo Gobernador, en una decisión histórica, hizo que ese dinero le fuera devuelto al pueblo. Unas medidas ejemplares asombrosas, que hablaban mucho y bien del tío Francisco.

Enterrado en la iglesia de Santo Domingo de Manila

Coloma, que era como ya hemos dicho tío, familiar, del I Marqués de Canales y también del II Marqués de Canales -ambos eran hermanos- falleció el 25 de septiembre de 1677 y fue enterrado en la iglesia de Santo Domingo, de Manila. Este templo se inauguró en 1588 y sufrió grandes terremotos (1592, 1645) e incendios (1603). Fue reconstruido en otras tantas ocasiones, como lo fue en 1862, cuando renovaron su fachada, hubo un nuevo terremoto en 1863… En 1887 se inauguraba el quinto Santo Domingo, testimonio del arte filipino. Se construyó de nuevo con el nivel inferior en piedra, para resistir los futuros seísmos, y la parte alta en madera. En ella se celebraban las más grandes festividades religiosas de la ciudad amurallada. Era el templo más importante de Manila. Ahí precisamente dispuso Coloma que debía ser enterrado, donde ya habría sido enterrada su esposa, unos meses antes, seguramente.

Lamentablemente en 1941 las bombas de la Segunda Guerra Mundial en Manila destruyeron esta singular iglesia gótica. Algunos tesoros antiguos por suerte pudieron salvarse, como la imagen de Nuestra Señora Del Santísimo Rosario La Naval de Manila y algunas de sus imágenes procesionales hechas en marfil. Una donación a los padres dominicos de un terreno en la Avenida Quezón, en la entonces nueva capital Quezon City, hizo que se abandonase el lugar donde había estado esta iglesia durante más de 3 siglos. Y se trasladase hasta la nueva ubicación. No sabemos si se rescató la tumba de Francisco Coloma y se trasladó también a la nueva ubicación. Esperemos que sí.

Curiosamente, las bombas de la Segunda Guerra Mundial también acabaron con el Convento de las Clarisas, el de nuestras monjas toledanas, como pudimos ver y leer en esta misma web en su día. Y otra coincidencia, su convento también fue trasladado a Quezon City.

Controvertido legado, al no tener hijos

Francisco y María otorgaron un poder (20/01/1669) para que el que sobreviviera de los dos realizara el testamento del otro. Al fallecer primero, María Cuéllar dejaba como heredera universal a su hija Juana de Cuadros Cuéllar y Cisneros, esposa de Gerónimo Campuzano Barrionuevo. Su esposo Francisco la sobrevivió sólo unos pocos meses, 5 o 6 meses. Tras la muerte de Francisco Coloma, el 25 de septiembre de 1677, en Manila, se sucederá un pleito entre sus sobrinos por el vínculo y mayorazgo fundado por Francisco Coloma en su villa natal, Navarrete.

Datos – más información:

  • Junto a su mujer, María de Cuéllar y Cisneros, otorgó un poder (20/01/1669) en Filipinas para que el que sobreviviera de los dos realizara el testamento del otro, siguiendo las disposiciones que previamente habían dejado escritas y protocolizadas.
  • Fundaciones e Instrumentos del Señor Don Francisco Coloma, Obras Pías y Capellanías», 23 de julio de 1717. Una repatriación digital de un archivo perdido del Pacífico español: la biblioteca del convento de San Pablo (Manila 1762), realizada en 2025-08-19). Fundaciones e Instrumentos del Señor Don Francisco Coloma Presidente de la Real Audiencia de Manila, y Parentesco que tienen con dicho señor los hijos de Don Gerónimo López de Arteaga y Doña Sebastiana Jiménez de Arellano, mujer que fue del susodicho, para el goce y obtención del Vínculo y Obras Pías que fundó el referido Señor Don Francisco Coloma.
  • Inventario de bienes de Pedro Coloma Boliaga (Oficial Segundo de la Secretaría de Guerra de su Majestad). Fecha: 20 de mayo de 1651. Archivo Histórico Provincial de Madrid (AHPM), Tomo 7666, folio128 Solicitado por Francisca de Cuellar y Cisneros, tras la muerte de su marido.
  • La nobleza titulada castellana en la conservación del imperio español, en tiempos de Carlos II. – financiado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (2020-2023), del que es IP © Porfirio San Camañes (ed.), 2023 y © resto de autores, 2023. Editor: Ramiro Domínguez. Silex Universidad.
  • Méritos y trayectoria: Archivo General de Indias (AGI.), Indiferente, 123, N. 124; Filipinas, 3, N. 75; Filipinas, 32, n.º 50. Debido a su exitosa intervención a la hora de sosegar el tumulto de 1668, motivado por la prisión del gobernador Diego Salcedo, solicitó un hábito militar, encontrando el apoyo de la cámara de Indias en abril de 1677, pocos meses antes de su muerte. AGI. Filipinas,44, N. 14. Dicho hábito militar es el que se conserva en el convento de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid (una preciosidad, en un museo que merece la pena ser visitado).
  • Pleito entre sus sobrinos por el vínculo y mayorazgo fundado por Francisco Coloma: ARCV. Registro de ejecutorias, caja 3062, 23. Disposiciones para que se fundaran en su lugar de nacimiento (Navarrete) obras pías: Archivo de la Real Cancillería de Valladolid (ARCV). Registro de ejecutorias, caja 3592,19.
  • Sobre su labor en Manila véase: José Miguel Herrera Reviriego, Manila y la gobernación de Filipinas en la segunda mitad del siglo XVII, Tesis doctoral, Universitat Jaume I, 2014, pp. 491-492.
  • Memorial de Pedro Coloma y Escolano como comisario y testamentario de su tío (Madrid, 26 de agosto de 1681), y Copia del testamento de Francisco Coloma (2/06/1677). Pendiente de averiguar con qué escribano se hicieron.
  • Escritura de Transacción y obligación que se otorgó en la Villa y Corte de Madrid, a 8 días del mes de mayo de mil seiscientos ochenta y nueve entre Don Pedro Coloma, Marqués de Canales, «mi tío», y el reverendísimo Padre Diego de Heredía de la Compañía de Jesús. Pendiente de averiguar con qué escribano se hicieron. Datos que aparecen en el testamento de la III Marquesa de Canales, fechado en Valladolid 1718.
  • La muerte «le impidió conocer que había sido promovido como alcalde del crimen en la Real Audiencia de México», según detalla Carmen María Fernández Nadal en el libro «La nobleza titulada castellana en la conservación del imperio español en tiempos de Carlos II», de Porfirio Sanz Camañes y otros autores (Silex Universidad).
  • Hábito militar de Francisco Coloma Boliaga, en el Museo de San Joaquín y Santa Ana. Plaza de Santa Ana 4. 47001 Valladolid. Teléfono: 983 35 76 72. Más información: Museo de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid

Sobre la autora:

Dori Rodríguez García nacida en Chozas de Canales (Toledo – España). Periodista, Licenciada en Ciencias de la Información, en 1987, en la Universidad Complutense de Madrid. Becaria en el Gabinete de Prensa de Televisión Española. Trabajó en las revistas «Tele-Ticket», «Mucho más», «Cómplice» y «Greca» de la Editorial española Sarpe y posteriormente de la editorial alemana Axel Springer. Seguidamente, siguió su labor en otra editorial española, Globus Comunicación, en las revistas «Bricolaje y Decoración», «Brico», «Cocinar Hoy», «Cocina Semanal», «Decoración clásica», «Casas de siempre» y «Cocina Ligera», donde ejerció de redactora jefe. Actualmente es Directora Adjunta de la revista digital: Nutriguia.com y Directora de Adoronews.com


Publicado

en

por

Comentarios

2 respuestas a «Francisco Coloma y Boliaga, Gobernador de Filipinas»

  1. […] Francisco Coloma y Boliaga, Gobernador de Filipinas […]

  2. […] Francisco Coloma y Boliaga, Gobernador de Filipinas […]