Aclararlo, con la documentación que he venido manejando hasta el momento será el objetivo de esta última entrega, de mi primera aproximación a su figura.
Vayamos a los hechos palmarios. En el pueblo de Chozas de Canales se sabía que había existido un «chocero» en el siglo XVI, que fue a Florida como misionero, y que murió allí martirizado.
La primera persona que trató de encontrarle en la historia fue alcalde de la localidad Francisco Álvaro Valdés Magín. Seguramente encontró algún documento en el ayuntamiento que le sirviera como indicio y recurrió al Archivo Parroquial para localizarle. Lo encontró. En el primer libro de Bautismos conservado de la localidad, que abarca el periodo de 1531-1633, aparece recuadrada a bolígrafo la Partida de Bautismo del fraile (algo que no debe hacerse jamás y que muy posiblemente lo hiciera otra persona con posterioridad y no el alcalde). En una cuartilla aparte, entre las páginas, sí hay un escrito, que no tiene firma, ni fecha (una lástima), en el que se señala la traducción de lo que indica la Partida de Bautismo, para su mejor comprensión:
Miguel, hijo de Antón Rodríguez y de su mujer
A 20 días del mes de mayo de 1570 recibió agua del bautismo Miguel hijo de Antón Rodríguez y de su mujer. Fueron los padrinos Gabriel de Aranda, sacristán, y María Rodríguez, mujer que fue de Sebastián Rodríguez. Testigos Francisco Ortíz y Miguel, vecinos de Chozas.
Bautícele yo, Francisco Ortíz
Esta cuartilla, que se dispuso junto a la página donde aparece la Partida de Bautismo de Fray Miguel, no está firmada por la persona que la escribió, ni dice el año (importante información). Sabemos que fue Francisco Álvaro Valdés porque la letra es claramente la misma que aparece junto a la Partida de Bautismo de Sor Juana de San Antonio. En esta última sí se indica la persona que la descubrió: Álvaro Valdés Magín, 30 de noviembre de 1957. Podemos asegurar que la Partida de Bautismo de Fray Miguel Antón también fue encontrada por Álvaro Valdés, es su letra, y aventurar, sin temor a equivocarnos mucho, que lo hizo a finales de los años 50, antes o después o el mismo día o en la misma semana de haber encontrado la de Sor Juana de San Antonio.
Con el descubrimiento de las dos Partidas de Bautismo se debió aprobar, a instancia del alcalde de la localidad, dedicar sendas calles en honor y reconocimiento a los dos religiosos. Muy posiblemente, a finales de los años 50. Supongo que no tardarían mucho en hacerlo. En el ayuntamiento en la actualidad. no han encontrado nada de esto, pero estoy segura de que habrá algún documento con la fecha en la que se pusieron las dos calles. Habría algún pleno, seguro que estará.
Poco más se supo en el pueblo de ambos ilustres «choceros». Posteriormente, muchos años después, 38 años para ser exactos, en el primer libro de Ricardo Rodríguez Rodríguez, «Chozas de Canales su historia y sus gentes 1900-1965«, Publicado en Toledo 1995, en el capítulo de antecedentes históricos, en la página 23 y tras una breve reseña de «Sor Juana de San Antón» (en realidad es Sor Juana de San Antonio) dice lo siguiente:
«Es contemporáneo de esta monja clarisa, Fray Miguel Antón, conocido como el Padre Chozas. Fue uno de los 16 primeros franciscanos que marcharon a América a evangelizar sus territorios. Murió decapitado por los indígenas«.
En la tercera de sus obras, «Hablando de lo nuestro -con un vocabulario del medio rural-«, Toledo 2012, este cronista, en la página 187, vuelve a hacer mención de Fray Miguel, diciendo que sus intentos por localizarle no han dado resultado y que seguiría en el empeño.
«Para el caso del franciscano Miguel, conocido como el «Padre Chozas» existen pocos datos y mantengo la investigación en marcha, aunque la búsqueda ha dado pocos frutos hasta el momento. Se sabe de manera fehaciente que fue uno de los 16 primeros frailes que partió hacia Florida, para adoctrinar a los nativos en la religión cristiana, que trabajó intensamente en tal labor y que murió decapitado por los indígenas».
Mi deuda
Al ser periodista, ahora hablo de mí, yo sentía que tenía una deuda con Sor Juana de San Antonio. Una deuda que tenía pendiente desde la primera vez que oí hablar de ella, ante el pequeño mármol dedicado a Sor Jerónima de la Asunción en la fachada del convento toledano de Santa Isabel de los Reyes. Y el día que decidí empezar por fin a investigarla, como en un flash, vino a mí que en el pueblo también había habido un religioso, sin recordar mucho más de él. Lo busqué por su nombre y no lo encontraba, lo volví a intentar y llegué, en poco más de media hora, a la conclusión de que era uno de los 5 Mártires de Georgia. Tuve la corazonada de que él era el Miguel de los 5 Mártires franciscanos de La Florida y después comprobé que no estaba equivocada.
Las certezas
Franciscanos de nombre Miguel en el siglo XVI, decapitados, en Florida, sólo está él. ESO ES ASÍ. Franciscos hubo muchísimos, Pedros, muchísimos… si hubiera llevado uno de esos nombres habría sido dificilísimo identificar qué Francisco o qué Pedro era. Blases hay dos… en esa época. Con el nombre de Miguel, sólo él.
Conociendo en el pueblo que Fray Miguel Antón marchó a Florida de misionero y que murió decapitado en el siglo XVI. Y encontrando que en el siglo XVI en La Florida, en la revuelta de los indios guale, murieron 5 misioneros franciscanos, uno de ellos de nombre Miguel, al que nombran como Añón o Auñón… Lo tenía cada vez más claro… ¿Antón-Añón? Claro, era él. Le describen como el más misterioso de los cinco, hay algo de lío respecto a de dónde era, no se ponen de acuerdo con el nombre que va tras Miguel ¿Añón, Auñón? Deciden ponerle Añón por la virgulilla que siempre se ve arriba. En realidad aparece siempre entre la n y la t, desplazada de la n. Con estas virgulillas se ahorraban letras en los manuscritos de esos siglos. Así el autor de una importante obra se ahorraba poner la letra t. Escribían muchísimo y todo a mano. De ahí la necesidad de ahorrar alguna o algunas letras.
La obra principal para el estudio de lo que sucedió en La Florida en 1597, los martirios, es un manuscrito de Fray Alonso de Escobedo que lleva por título «La Florida», del que os he hablado ya en diversas ocasiones, y que se encuentra en la Biblioteca Nacional de España. Estaba claro que debía recurrir a este valioso manuscrito. Cuando por fin pude examinarlo encontré que el poeta Escobedo presentó uno a uno los religiosos que fueron a Florida en la Expedición del Padre Silva, en 1595. Y con lágrimas en los ojos, de emoción, vi su nombre, Miguel, unido al del pueblo de Chozas de Canales.
El primero que menciona Alonso de Escobedo fue al Padre Silva, que era su prelado y, por tanto, el de mayor autoridad, seguido de Fray Miguel (es del que hace una descripción más larga), y después Bonilla… está siguiendo un listado numérico hasta el final. Empieza por Silva, a Fray Miguel le dedica dos párrafos (creo es al que más admira Fray Alonso de Escobedo junto a Fray Francisco Veráscola), y continua en tercer lugar con Bonilla… Página doble138 del manuscrito «La Florida«.
1 Era Silva varón esclarecido
Predicador insigne y gran letrado
El pecho en caridad bien encendido
Y en actos de humildad ejercitado
Un pueblo de Toledo fue su nido
Y por ser religioso le han mandado
El gobierno de doce lleve a cargo
Por el furioso mar hinchado y largo
Pasa a continuar con el segundo, al que dedica dos párrafos y que no es otro que nuestro Fray Miguel Antón:
2 El uno fue de Chozas de Canales
Que Chozas se llamó como su villa,
Cuyos heroicos verbos inmortales,
Por ser tan grandes causan maravilla:
No sólo a los varones Orientales,
Que ocupan todo el Reino de Castilla,
Pero a la gente indiana Ponentina:
Admira su saber, vida y doctrina.
Varón digno de fama fue el segundo
Que Fray Miguel Rguez Antón toma por nombre
Letrado en teología tan profundo
Que en las escuelas fue de gran renombre
Era mejor cantor que había en el mundo
Jamás se oyó tal voz en puro hombre
Pero la de su fama era crecida
Pues por Cristo Jesús dará la vida.
Fray Alonso de Escobedo supuso que con la numeración que hace de cada fraile no habría errores: los dos párrafos están dedicados a Fray Miguel. En realidad era un poeta, y hace una narración desordenada, en la descripción de Fray Miguel. Debía haber empezado diciendo El segundo fue Fray Miguel Rguez, que Antón toma por nombre. Fue de Chozas de Canales, que Chozas se llamó como su villa… y continuar con todo lo demás. Pero lo expresó a «su manera». Primero Silva, Segundo Fray Miguel, tercero Bonilla… Está clarísimo.
Cuando habla de Oriente se refiere a España, y cuando dice Poniente, se trata de América, en este caso a La Florida.
¿Por qué la confusión de quién era el Padre Chozas? Porque había un segundo fraile en esa expedición del Padre Silva, que era también de Chozas de Canales: Fray Pedro Fernández. ¡Nadie había dicho nada de esto! Los distintos estudiosos del tema (y ha habido muchos), no le encuentran en la relación que hace Fray Alonso de Escobedo. Pero hay que considerar que hay uno del que no dice el nombre, y del que da unas líneas muy genéricas, diciendo que era de Toledo, como si no le conociera o no supiera mucho de él. No es otro que Fray Pedro Fernández, porque estaba en la misma expedición y no aparece en el listado que nos da. A este fraile (Fray Pedro Fernández), Luis Gerónino de Oré, otro franciscano que escribe también sobre los martirios de los 5 frailes en Florida, en su obra «»Relación de los mártires que a avido en las provincias de la Florida«. Madrid? ca.1617 (Biblioteca Hesburgh Universidad de Notre Dame- en Indiana – EE.UU.), le añade el «de Chozas», dice: Pedro Fernández de Chozas.
Y como los diferentes autores no le encuentran con nombre y apellido cuando le buscan en el poema «La Florida» en la lista que hace Fray Alonso de Escobedo, piensan que uno de los párrafos que describen a Fray Miguel Antón, es de otro paisano nuestro Fray Pedro Fernández, al que he descubierto y encontrado, todo un honor, también en nuestro primer libro de Bautismos. Fray Pedro aparece solo un par de años después de la Partida de Bautismo de Fray Miguel. Como Fray Gerónimo de Oré le puso de Chozas, y Fray Alonso de Escobedo cuando se refería a Fray Miguel empezó a llamarle «el Padre Chozas», los estudiosos de las misiones en Florida unieron lo uno y lo otro, y pensaron que Fray Pedro Fernández era «el Padre Chozas». En realidad se trataba de otro misionero nacido y bautizado en Chozas de Canales, pero él no era «el Padre Chozas». Le han atribuido a Fray Pedro, por ejemplo, incursiones que hizo «el Padre Chozas» junto a Fray Francisco Veráscola hacia zonas menos conocidas de La Florida (del interior y desconocidas), para ver su posibilidad de evangelización, poniendo en grave peligro sus vidas.
Confieso que ha sido emocionante descubrir que en el pueblo de Chozas de Canales ha existido un tercer religioso en el siglo XVI, pero queda la tarea de decírselo al mundo. Grandes autores que han estudiado a los franciscanos en La Florida, Congresos Franciscanos que se han realizado en nuestro país y fuera de España durante años, estudios de Universidades en España y en América… a todos les ha inducido a error el nombre de Chozas. Justo de lo que más orgullosos nos sentimos «los choceros».
Saber más sobre Fray Pedro Fernández de Chozas, aquí:
Pedro Fernández, el octavo de la lista
8 Gozó la octava suerte un religioso
Sacerdote y del Reyno de Toledo
Que en la virtud mostró ser animoso
En cuyo pecho no hizo nido el miedo
Fue siempre de sí mismo victorioso
Y del que a los cristianos pone enredo
Venciendo con desprecio al mundo todo
Con actos de humildad que es santo modo
Este listado que realiza Fray Alonso de Escobedo, incluye solo 11 religiosos, uno por enfermar se quedó en Sanlúcar de Barrameda, y no embarcó (creo además que menciona en el listado al que se quedó, Pedro de Auñón, tengo que indagar sobre este asunto). En la apertura del capítulo dice que son trece religiosos, y si uno se quedó fuera, serían 12. Solo menciona 11, y solo de uno no dice ni nombre ni apellido: Fray Pedro Fernández. Un enigma de Fray Alonso de Escobedo. Otro más, como el número de mártires que da.
¿De Chozas o de Huesca?
No es el único interrogante. Ahí es donde también queríamos llegar… Si Fray Miguel Antón o Añón era de Chozas de Canales, como hemos visto en la página 138 del manuscrito y nosotros sabíamos ¿cómo dice luego que es de Huesca?
Me ha costado leer y releer ese capítulo en busca de una explicación. Nadie estaba en la cabeza de Fray Alonso de Escobedo, la persona que nos ha dejado un mayor y mejor relato en forma de poema de los hechos acontecidos. ¿De Huesca? Después de presentárnolo debidamente como Fray Miguel «El uno fue de Chozas de Canales, que Chozas se llamó como su villa»… en la página 138, más adelante, no mucho más adelante, cuando va a relatar los martirios de 4 religiosos, y no de los 5 que tuvieron lugar, dice que es aragonés. Primero lo dice en el enunciado del capítulo 149, en el sumario:
El título parece un jeroglífico.
Canto catorce el Mar
Tirio de cuatro religiosos de la orden de
De mi padre San Francisco que recibieron
En la Florida, el primero fue el padre
Veráscola, vizcaíno y el padre Antón
Aragonés y el padre Corpa y el
Padre Fray Antonio, Castellanos.
Fray Miguel al que nos presentaba como de Chozas de Canales en la página 138, once páginas después era Aragonés, justo en la entradilla de la página 149. La que vemos arriba. ¿Cómo es posible? De ahí que algunos autores han dicho que Fray Miguel era de Zaragoza. ¿De Zaragoza? Otros dicen de Huesca o bien dicen Aragonés. Unos creían esto, otros como el padre Omaechevarría lo dudaba, en la obra que escribió sobre su paisano Veráscola. En este capítulo de La Florida de Escobedo vemos el enunciado con el que utiliza las abreviaturas, de las que ya hemos hablado también en otro reportaje. Tenía que leerlo y releerlo para intentar entender esto. Ya de entrada en este sumario advertimos que no habla de cinco mártires, habla solo de 4 mártires. No menciona a Fray Blas Rodríguez. ¿Por qué ese olvido? También cambia el orden de los acontecimientos. En realidad, el primero en fallecer fue el padre Corpa, después Fray Blas Rodríguez (del que se olvida), seguidamente lo hicieron Fray Antonio de Badajoz y Fray Miguel Antón, y por último martirizaron a Fray Francisco Veráscola. Empieza el capítulo con este desorden, que indica en la entradilla, respecto a los hechos que sucedieron, que están contrastados.
Prosapia = ascendencia
Empieza como os digo justo por el último, Veráscola. Cuenta la chispa de la revuelta Guale debido a que un indio ya casado quiso tomar otra esposa… Y escribe varias páginas para contarlo. El siguiente martirio que va a contar también extensamente es el de Fray Miguel Antón… de nuevo dice en la historia que cuenta que es aragonés. He encontrado en una palabra y en el contexto, el sentido con el que dice es aragonés, se refiere a su ascendencia. Y a su manera lo dice, no es que se haya vuelto loco, y el que presenta antes como de Chozas de Canales (Toledo), unas páginas después fuera de Aragón. Algo no se ha entendido o él no lo ha expresado lo suficiente. En esas páginas que le dedica para contar la historia de su martirio, dice una palabra: prosapia, me sorprende porque no es una palabra usual en nuestro lenguaje, tal vez en el siglo XVI lo fuera. Y significa: ascendencia, linaje o generación de una persona. Esa es la clave, de la interpretación de que de pronto Escobedo se olvidase de que había dicho que era de Chozas de Canales y ahora dijese que era de Aragón. En este capítulo nos está diciendo que su ascendencia era aragonesa. Y él debía saberlo, debió conocer a Fray Miguel y tener datos ciertos de él, o bien hablar con una fuente primaria, que hubiese tenido información de primera mano de Fray Miguel. Creo que más bien es lo primero, debió conocerle. Al final de su narración del martirio de Fray Miguel dice «los sé porque fui testigo».
Antón de los Antones
Además muy cerca de cuando emplea la palabra prosapia, habla también de «Antón de los Antones», Fray Miguel Rodríguez tomó Antón por nombre, nos dijo antes. Su padre era Antón Rodríguez, que vivió en Chozas de Canales (Toledo), figura en nuestro libro de Bautismos, en la Partida de Bautismo de su hijo (pudo haber nacido en Aragón), y su abuelo paterno también pudo ser Antón y ser de Aragón, de Huesca, como dice en su relato. Creo que Escobedo quiso lucirse dando un dato que él habría conocido de primera mano, pero que no explicó lo suficiente. La clave es una palabra: prosapia. Después habla de Antón de los Antones. Juzgar este párrafo, tiene sentido:
En la ciudad de Huesca la famosa
Del Reyno de Aragón acá en Oriente
Nació de la prosapia valerosa
De Antones el de Antón varón prudente
Y en Toledo Provincia religiosa
De pía Castellana y noble gente
Vistió el arnés de nuestro Apostolado
Sirviendo a Dios como leal soldado
Nació de la prosapia valerosa de Antones el de Antón... Así de corrido, no hay duda. El significado de prosapia no tiene tampoco ninguna duda, habla de ascendencia. Nació de la prosapia valerosa de Antones, nacidos en Aragón. Su ascendencia era aragonesa. Antón de los Antones, por su padre tomó Antón por nombre (su abuelo podría haber sido aragonés y también pudo haberse llamado Antón). En el fragmento original de Escobedo vemos como la virgulilla (que pone arriba en lugar de la t) está claramente desplazada, cuando dice Antón, y cuando pone Antones. No dice Añón, ni Añones, porque la virgulilla no va escrita sobre la n. Nunca la pone sobre la letra n. Siempre pasada la letra, representa la t ausente. En este párrafo también cuenta que tomó los hábitos en Toledo, muy posiblemente en el convento franciscano que había en Ocaña, como mencioné en otro reportaje anterior. En algunos escritos antiguos han puesto Miguel de Ocaña, haciendo alusión al lugar donde tomó el hábito. Después Fray Miguel, y también Fray Pedro Fernández (que lo más seguro siguiera lo pasos de su paisano y/o posible familiar) debieron formarse en el Convento de Vitoria, de donde salieron para emprender el viaje a América. Está reflejado en un documento conservado en el Archivo General de Indias, en Sevilla. El convento de Vitoria era una especie de Universidad o Colegio de formación de gran prestigio.
Y además, como decíamos antes, cuando acaba el relato de Fray Miguel dice que fue testigo. No porque se lo hayan contado… debió conocer en persona a Fray Miguel, lo más seguro, por eso sabía datos que nadie más sabía de él o que nadie más escribió de él, en caso de haberlos sabido.
Sucedió que a Felipe Rey pidieron
Para la conversión de los Paganos
Frailes de nuestra orden, porque hicieron
Gran Fruto otros padres Franciscanos
Por la cual ocasión les concedieron
Trece doctos varones Castellanos
Entre los cuales fue el varón que digo
Que doy fe de ello porque soy testigo
No significa que él presenciara los martirios, si no que él estaba allí y conoció muchos datos que relata porque fue testigo, no se los han contado después de haber sucedido. Nos dice aquí que Fray Miguel del que estaba hablando en este poema fue entre los trece franciscanos castellanos y que fue testigo de lo que cuenta. Es un relato basado en los hechos que presenció.
Por último mencionar algunas palabras de la muerte de Fray Miguel. Escobedo dice que dispararon mil flechas a su pecho, pero que no fueron todas a llegar a herirle porque estaba por Dios armado. Como el ánimo y valor del santo vieron que resistía (Escobedo describe ya como santo a Fray Miguel) visto tan gran milagro unos se aprestaron para admitir la fe romana y otros con piedras «molestaron al mártir de la orden franciscana».
Con macanas y palos lo mataron
con término insolente y furia insana
Quitándole la piel de la cabeza
Con mucha agilidad y sutileza
Y no contento con la cruda muerte
Que dio al varón de Dios el homicida
Del cuello le anudó una soga fuerte
Para que en él la tenga un mes cernida
Diciendo si al cristiano es buena suerte
Perder por predicar la alegre vida
La nuestra lo es, con gusto y gran contento
Darles la muerte aunque fueran ciento.
Mandaron colgar al fraile en el Bohío, porque quitó a los indios las mujeres con gran señorío, por eso debía ser colgado y sufrir el calor y el frío.
Y cuando el Español venga a quitarle
Podrá hacer un sepulcro y enterrarle.
A pesar de esta descripción que hace de su martirio Fray Alonso de Escobedo, diciendo que murió por golpes de hacha, no indica que le cortaran la cabeza como otros autores hacen. Señala que le cortaron la cabellera y después le colgaron en el Bohío, como escarmiento durante un mes, por el asunto de las mujeres que no les dejaban tener los religiosos. No querían conformarse con una sola mujer. Esa fue la chispa que revolucionó a los indios Guale, que no seguían los preceptos cristianos, y propició los 5 martirios.
Está clarísimo, Fray Miguel Antón o al que han llamado muchos autores Fray Miguel Añón era «chocero». De prosapia (ascendencia) aragonesa, según nos cuenta Fray Alonso de Escobedo. Y su casusa junto a la de sus compañeros, para que sean reconocidos como beatos, está desde hace años en Roma. Ójala el Papa Francisco, que tomó precisamente su nombre en honor a San Francisco de Asís, el Fundador de la Orden de estos franciscanos, nos haga el honor de reconocérselo.
Sobre la autora:
Dori Rodríguez García nacida en Chozas de Canales (Toledo – España). Periodista, Licenciada en Ciencias de la Información, en 1987, en la Universidad Complutense de Madrid. Becaria en el Gabinete de Prensa de Televisión Española. Trabajó en las revistas «Tele-Ticket», «Mucho más», «Cómplice» y «Greca» de la Editorial española Sarpe y posteriormente de la editorial alemana Axel Springer. Seguidamente, siguió su labor en otra editorial española, Globus Comunicación, en las revistas «Bricolaje y Decoración», «Brico», «Cocinar Hoy», «Cocina Semanal», «Decoración clásica», «Casas de siempre» y «Cocina Ligera», donde ejerció de redactora jefe. Actualmente es Directora Adjunta de la revista digital: Nutriguia.com y Directora de Adoronews.com