En realidad son dos escudos, pero antes de llegar hasta ellos, contaré el origen de mi motivación, para hablaros de esta representación gráfica y simbólica del linaje de esta familia noble riojana. A finales de 2024 y comienzos de 2025 me propuse investigar la vida de la III Marquesa de Canales, María Teresa Coloma Serdás de Tilly, más tarde religiosa de clausura de la Orden del Cister. Lo había hecho ya con los demás religiosos de mi localidad, y sólo me faltaba ella, que, pese a no haber nacido en el pueblo, tuvo una especial trascendencia para el mismo. Por lo que no tuve más remedio que bucear en la historia del siglo XVII y XVIII y ver de dónde era originaria su noble familia, quienes fueron y lo que hicieron sus abuelos, su tío abuelo, su tío y su padre, y la relación de todos ellos con el pueblo toledano de Chozas de Canales, mi pueblo. Hablamos de la familia Coloma, cuyos miembros fueron grandes hombres de Estado, primero con Felipe IV, y después tanto en el reinado de Carlos II, el último monarca de la dinastía de los Austrias, como en el de Felipe V, el primer monarca Borbón.
Los abuelos de Sor Teresa de Jesús, la Marquesa, fueron Pedro Coloma Novajas (nacido en 1610), natural de Navarrete, y María Escolano de Ledesma, de Madrid. Pariente de la familia, fue Francisco Coloma Boliaga, al que la marquesa llama «su tío», también nacido en Navarrete, en 1617, que llegó a ser Gobernador en Filipinas. Francisco es 7 años menor que el abuelo Pedro. En la memoria que dejó escrita Francisco, junto a su esposa, María de Cuellar y Cisneros, para que tras su muerte el que sobreviviere protocolizara el testamento del otro, indica Francisco Coloma Boliaga que tenía un hermano llamado Pedro Coloma, pero, aunque no lo menciona, su segundo apellido era como el suyo Boliaga. Y dice que estaba casado con Francisca de Cuellar y Cisneros, por tanto además de hermanos eran cuñados. Sus mujeres, dos viudas, eran hermanas.
Pedro Coloma Boliaga estaba casado con Francisca de Cuellar y Cisneros, según relata Francisco Coloma en sus memorias, su hermano ya había fallecido cuando las escribe («santa gloria haya»). Ella a su vez también era viuda (como su propia mujer, María de Cuellar y Cisneros) y tenía un hijo, religioso en la iglesia de Milán, Fray Nicolás de Merlo. Dichas memorias, a las que antes hacíamos alusión, datan del 2 de febrero de 1675, firmadas en Manila, ante el escribano Baltasar de Lerma y legalizadas por otros 3 escribanos. Esa es la primera memoria que hizo Francisco Coloma junto a su mujer. En realidad se debieron realizar distintas copias de las mismas, por eso se dan distintas fechas. Y además se incluía su contenido en otros protocolos realizados después por los distintos pretendientes a su herencia.

El tío carnal de la marquesa nació ya en Madrid, y fue Pedro Coloma Escolano, I Marqués de Canales, al que sucedió en el título nobiliario su hermano, por no haber tenido descendientes. De ese modo, el sucesor del título nobiliario fue el padre de la marquesa (arriba en el cuadro, es del único del que se conserva imagen certera, se encuentra en el Museo de Salamanca). También madrileño, Manuel Coloma Escolano, al heredar a su hermano, siguiendo el mayorazgo, se convirtió en el II marqués de Canales. Y tras su muerte, su única hija, Mª Teresa Coloma y T’Serclaes de Tilly Escolano y Montmorency se convirtió en III marquesa de Canales, que era a quién yo tenía en un principio en el punto de mira. Después mi investigación se convirtió en una historia coral, donde el personaje principal me ha llevado a muchos otros, también muy interesantes. Valga como muestra, la vida y trayectoria del tío Francisco Coloma.

Los orígenes de esta familia noble están en Navarrete (La Rioja), el abuelo paterno de la marquesa de Canales, como decíamos antes, nació allí en 1610, donde habían visto la luz también sus padres, Martín de Santa Coloma y Ana Novajas Lobo Castrillo, los bisabuelos de la marquesa. Uno de sus tatarabuelos por vía paterna también fue de Navarrete, Pedro de Santa Coloma. Y los otros dos tatarabuelos de la vía materna también eran originarios de esta localidad: Diego de Novajas y María Miguel de Bolinaga.

La villa de Navarrete
Conozcamos un poco la localidad de los ascendientes de María Teresa Coloma. Navarrete está a medio camino entre Logroño y Santo Domingo de la Calzada, dentro del Camino de Santiago francés. El conjunto urbano de este municipio de la Comunidad Autónoma de La Rioja (España), fue declarado «bien de interés cultural» en 1970. Está situado a tan sólo 9 km de Logroño. En 2024 su población era de 3038 habitantes. Desde el punto de vista jurídico data del año 1195, gracias al fuero que otorga el rey Alfonso VIII de Castilla.
El edificio de la iglesia parroquial, de Santa María de la Asunción, fue construido en la segunda mitad del siglo XVI y primer cuarto del siglo XVII. En un arca, en su sacristía, se guardó hace ya siglos una copia de la memoria que el matrimonio formado por Francisco Coloma y María de Cuellar y Cisneros, habían dejado protocolizada en Manila, para que se realizaran sus respectivos testamentos, tras su muerte, siguiendo sus recomendaciones previas. Una parte muy importante de dichas memorias eran las disposiciones de Francisco Coloma para las Fundaciones y Capellanías que quería se fundaran en la villa donde había nacido, Navarrete. Para ello había enviado desde Filipinas importantes sumas de dinero, según ha quedado escrito. La persona que las recibía no cumplió la voluntad de Francisco Coloma. Y malversó dichos caudales. Algo que por desgracia solía ser frecuente en esa época y también en la actual.
Volviendo a la población, entre los más antiguos vestigios de esta bella villa riojana cabe resaltar las ruinas de la iglesia del Hospital de San Juan de Acre (De la Orden de los Hermanos), construido a finales del siglo XII o principios del XIII, cuyos restos pueden observarse en el acceso al cementerio.
Navarrete tuvo un pasado señorial, que ha dejado también su huella en los numerosos escudos nobiliarios que se conservan en sus calles. Uno de ellos, tal vez el que más llama la atención es el de Francisco Coloma y Boliaga (Navarrete 1617 – Manila 1677), que yo ya había descubierto se conservaba en dicha localidad. Puesta en contacto con su ayuntamiento, me informaron que en realidad había dos escudos de los Coloma en el casco histórico de Navarrete, facilitándome toda la documentación, que respecto a ellos disponían y la referencia al libro que el propio ayuntamiento había editado. Desde aquí le damos las gracias por facilitarnos tanto las cosas, son un ejemplo a seguir. Mil gracias por todo.
«Navarrete su historia y sus monumentos»

En el libro «Navarrete su historia y sus monumentos», de José Manuel Ramírez Martínez , editado por el ayuntamiento de la localidad en 2006, su autor, y doctor en Historia del Arte, ha estudiado y reseñado los dos escudos de la familia Coloma, que se conservan en Navarrete. Nos cuenta que pertenecen a las Casas de don Francisco Coloma, del Consejo del Rey y Presidente de la Real Audiencia de Manila. Ramírez Martínez nos remite «al único patrono y poseedor del mayorazgo y fundaciones vinculadas a don Francisco Coloma, Don José de la Vega Coloma y Medrano», y señala que era su sobrino. Recoge que Don José sucedió en el mayorazgo y patronato a doña Manuela de Salinas cuando las casas sólo se habían empezado a fabricar pero ya contaba con el escudo «con solas algunas paredes y maderas y la fachada de piedra rreal, fijadas en ella las armas del fundador» que no era otro que su tío. Y refiere que la claúsula 30 de su testamento indicaba que el poseedor del patronato debía por obligación respecto al escudo llevar en el segundo lugar y cuartel de sus armas las de los caballeros Colomas «y que el que no lo hiziere pierda el derecho«. Por este motivo, su tío don Juan de Laso de la Vega, y primer poseedor, optó por poner dichas armas. Más tarde el propio Don José de la Vega Coloma y Medrano para cumplir con la cláusula 27 del testamento, y como sucesor y nuevo poseedor del patronato, afrontó el propósito de dejar las casas en perfecto estado, para lo que había gastado hasta ese momento más de 18.000 reales.
Para reconocer las obras que él había costeado en dichas casas «sitas en la Calle Mayor» se nombró el 16 de marzo de 1717 a los maestros de obra que las habían realizado, Manuel de Gorbarán (de 66 años) y Juan de Ledesma (48 años), vecinos de Navarrete. Las evaluaron en 17.327 reales. Diversos testigos declararon que don Juan de Laso de la Vega, sobrino del fundador, fue el que en realidad había comenzado a construir las casas «sitas en la Calle Mayor de esta dicha villa, que salen a la Carrera y Coso de ella», haciendo la fachada que salía al Coso de piedra real y fijando en ella las armas correspondientes a la importancia de los empleos que tuvo. Con antelación a Don José de la Vega, las obras habían quedado sin concluir, nos cuenta el doctor en Historia. «Sin que sus sucesores don Manuel Salinas y luego su hija doña Manuela Salinas hicieran nada por proseguirlas, dejando toda la estructura de cantería expuesta a la ruina«. De ese modo cuando los inmuebles pasaron a don José de la Vega y Coloma este fue el que se ocupó de dejarlos habitables «con dos ventanas-balcones encarando el Coso y la Plaza de Toros y el lógico escudo con leyenda al al pie que ya había para entonces«. Todo eso se señala en dicha obra, editada por el ayuntamiento de Navarrete.


Inscripción que figura en la base del escudo:
Estas armas
son del señor Don Frascisco Colo
ma, Virrey y Capitán
General de Manila.
Año 1684
A quien Dios no le da hijos…
… ya se sabe. De todo lo anterior se vislumbra que no estaba muy clara la titularidad de las casas, y que la cuestión debió estar en litigio. Lo que yo he leído en las memorias que dejaron escritas Don Francisco Coloma y su mujer, también en el testamento de su «sobrina nieta» María Teresa (ella le llama «mi tío») apunta en esa dirección, como recogeré también aquí.
Francisco Coloma en sus memorias sí dijo que dejaba «A Don Juan Laso de la Vega y Coloma, «mi sobrino», hijo de Doña Ana Coloma, «mi hermana», beneficiado que es de dicha Iglesia Mayor de la Villa de Navarrete, 200 pesos». Le señala como legatario de una cantidad de dinero, en una lista de otros muchos legatarios, de cantidades similares. Y también que le nombró administrador de los Patronatos que quería fundar en su pueblo natal. Indica que la persona que recibió el dinero que él mandaba desde Manila era Doña Isabel de la Vega, de la villa de Navarrete. Quien malversó los caudales recibidos sin hacer las Fundaciones para las que recibía el dinero por parte de Francisco Coloma.

Volviendo al libro editado por el ayuntamiento de Navarrete, José Manuel Ramírez Martínez indica que el 20 de julio de 1754, don Rafael José de la Vega y Coloma, del Consejo de Su Majestad y su Presidente que fue en la Real Audiencia de Manila, Capitán del Regimiento de Milicias de Logroño, Alcalde Ordinario por el estado noble y único patrono de sangre de las fundaciones hechas por don Francisco Coloma, daba fe y testimonio de la triste realidad que ofrecía el edificio en ese momento, es decir 37 años después de las obras, que habían costado más de 18.000 reales. Estas fueron sus palabras: «respecto de la quiebra y ruina que están amenazando las cassas principales de diho maiorazgo sitas en la Calle Maior de esta villa y dan vista a el Coso donde se corren los toros, desde las cuebas que se hallan baxo de ellas, hasta los texados y ser preciso dar pronta expedición a sus reparos para que se mantengan y evitar los graves perjuicios que se pudieran orixinar de seguirse dicha ruina«. Ese mismo día solicitó al maestro de obras Juan de Ledesma, vecino también de la localidad, de 52 años, que evaluara y le diera presupuesto para su rehabilitación. Diez días después Ledesma notificaba tras su peritación que «dichas cassas desde dichas cuebas hasta los texados padecen vn quebranto Vniversal a causa de lo débil de sus zimientos, los que se deben desazer y subirlos de nuevo desde dichas cuebas formando sus arcos en ellas para la maior seguridad, subiendo sobre dichos arcos desde la superficie de la tierra sus paredes dobles de piedra de sillería hasta el primer piso y lo restante hasta los tejados de asta entera de ladrillo«. Y junto a otros pormenores de las obras precisas para su total restauración dice que a su juicio todo ello tendría un coste de «onze mill reales vellón, los cuales dichos reparos y obra es preciso se executen con toda brevedad por la notoria ruina, que están amenacando dichas casas«.


Por suerte las obras debieron hacerse porque hoy las casas siguen en pie y en la calle Mayor, lucen los señoriales escudos de la familia Coloma en la villa de Navarrete, La Rioja. Fotografías: Archivo del Ayuntamiento de Navarrete.

También está escrito
Don Francisco Coloma mandó ingentes cantidades de dinero para que se fundaran distintas obras benéficas en su villa natal, eso está claro. En un principio debió enviarlas a una de sus hermanas, y a la muerte de está parece ser que se quedó al cargo uno de sus sobrinos, que debió ser Don José de la Vega Coloma, mencionado en el libro editado por el ayuntamiento de Navarrete.
Pretendientes para pasar a administrar las Fundaciones de Francisco Coloma en la villa de Navarrete, tras su muerte, debió haber muchos. Fue un legado con muchos novios. Otros candidatos protocolizaron su derecho a hacerse cargo de las Fundaciones e Instrumentos de Don Francisco Coloma, a través de un documento hecho y protocolizado en nombre de los hijos de Don Jerónimo López de Arteaga y Doña Sebastiana Jiménez de Arellano. En él se da cuenta de parte del contenido de la memoria que habían firmado el matrimonio en Manila, para que el que sobreviviera hiciera el testamento del otro, siguiendo los deseos que cada uno había dejado también escritos. En uno de esos escritos se dice que la memoria original firmada por el matrimonio se conserva muy deteriorada en Manila y que por ello sería conveniente reproducirla o hacer una copia. Esto es lo que se puede leer en lo que parece ser el comienzo de dicho protocolo de los hijos de López de Arteaga:


El Licenciado. Don Pedro In. de Alfaro Vro. Fiscal = Digo, que Don Francisco Coloma Presidente que fue dela Audiencia de Manila, y Capitán General. de las Islas Filipinas, y Da. María de Cuellar, y Cisneros su legítima mujer, para hacer su testamento. formaron cuarenta y tres claúsulas que son las que se expresan, en el instrumento que presento con la solemnidad necesaria el cual fue reducido a escritura pública y se protocolizó en la Villa de Navarrete en 20 de agosto del mil setecientos cuatro ante [illeg.] Serrano Sno. de el mem. de ella; es asi, que en las referídas clausulas dispusieron, y ordenaron, que en la misma Villa de Navarrete se fundasen una Capellanía, Secular y Laica, treinta dotaciones de Huérfanas, Renta para Preceptor de Gramática, y Maestro de Primeras Letras, como también para el Palio, y luminaria de el Santísimo. llamando para todo ello, y para el Patronato a diferentes parientes, y a los pobres de dicha villa sujetándolo todo a ley y jurisdicción con exclusión de la Eclesiástica; y aunque para la referida Fundación han venido de Indias grandes sumas de dinero, tambien toca evaluar la Fundación y el caudal, que fue de por muerte de Da. Isabel de la Vega de dicha Villa de Navarrete, a quien lo esta disfrutando, y consumiendo, sin que haya forma de que se hagan las Fundaciones, antes bien se teme, que lo disipe, y acabe todo; Y aunque por diferentes personas celosas se le han hecho diferentes amonestaciones, para que imponga, y asigne los caudales que han venido a su poder, no lo ha querido, ni quiere hacer, procurando vejarlas, y molestarlas porque dan estas noticias; y el motivo es por donde parece, haber perdido, estos caudales, y hacienda, se descubre más…»
Lo que nos cuenta la III Marquesa de Canales de los mayorazgos de los Coloma en Navarrete

Como decíamos, se sabe que la herencia de Francisco Coloma, al no haber tenido hijos de su matrimonio con María de Cuellar y Cisneros, dio origen a numerosos litigios. Por su interés, repito lo que contaré también cuando hable de la trayectoria de Francisco Coloma en esta misma web, Adoronews.com. El I Marqués de Canales, Pedro Coloma Escolano, hijo de Pedro Coloma Novajas, también fue uno de los que defendieron su derecho a la herencia de Francisco Coloma. Su sobrina, la III Marquesa de Canales lo menciona expresamente en su testamento, cuya firma del mismo vemos arriba, datada en 1718, cuando dice que «cede y renuncia en dicho su Monasterio de Valladolid (al que dejó la mayoría de sus bienes, pero no todos) «a la Hacienda contenida en la fundación del Mayorazgo de Pedro Coloma, mi primer abuelo, que está sita en la Villa de Navarrete, en la Rioja, la cual ha algunos años están algunas personas intrusas en ella, sin pagar cosa alguna, como tampoco lo han hecho del Mayorazgo en que sucedí por muerte de Don Francisco Coloma, mi tío (que santa gloria haya)», dando cuenta de la escritura firmada ante notario en Madrid por su tío Don Pedro Coloma, I Marqués de Canales. Por tanto nos señala la III Marquesa de Canales, en el testamento que dejó escrito justo antes de ingresar en el convento de Valladolid, que tenían una especie de «ocupas» en los dos mayorazgos (personas a las que no correspondía ese derecho), el de su abuelo Pedro Coloma y el de su tío Francisco Coloma. Tal vez por ello hay dos casas y dos escudos, uno de Francisco Coloma y el de la otra casa podría ser del abuelo Pedro. La Marquesa detalla que todo ello «consta en la Escritura de Transacción y obligación que se otorgó en la Villa y Corte de Madrid, a 8 días del mes de mayo de mil seiscientos ochenta y nueve entre Don Pedro Coloma, Marqués de Canales, mi tío, y el reverendísimo Padre Diego de Heredía de la Compañía de Jesús y otras personas, «en todos los cuales dichos mayorazgos por derechos y acciones sucedió mi padre y señor (que santa gloria haya) y después de su fallecimiento recayeron en mí como su única y universal heredera y es mi voluntad se hagan por dicho mi Monasterio todas las diligencias conducentes para la reivindicación y derecho en virtud de esta renuncia y cesión que hago para que cobre y perciba todos los frutos y rentas que han rentado y podido rentar desde la ilícita detentación y así mismo cobre, haya y perciba todo lo que en adelante rentare», eso dijo Sor María Teresa de Jesús en su testamento, antes de profesar en el convento. Habla claramente de ilícita detentación. Para mí lo que dejó escrito en su testamento la III Marquesa de Canales, antes de decidir dedicar su vida a Dios, y renunciar a todos sus bienes, tiene la máxima credibilidad. Ella conocía todos los datos e historia de su familia y además renunciaba a todo. No tiene ningún interés en mentir.

Recordemos que el abuelo Pedro Coloma y Novajas junto a María Escolano cuando compraron numerosas posesiones en Chozas de Canales y alrededores (Yunclillos) protocolizaron un mayorazgo por el que heredaba el grueso de esos bienes el hijo mayor, Pedro Coloma Escolano. Al fallecer éste sin descendientes, lo heredó su hermano Manuel Coloma Escolano, II marqués de Canales. A éste último le sucedió su única hija, María Teresa, III marquesa de Canales. El abuelo Pedro y su mujer cuando fundaron ese mayorazgo dijeron que sus bienes, si no existía descendencia, debían pasar al Cabildo de Navarrete. No sabemos si hicieron lo mismo con su patrimonio en la villa de Navarrete, lo más seguro es que sí lo hicieran. La marquesa en su testamento está hablando del usufructo del mayorazgo de su abuelo, es decir mientras ella vivía. A su muerte en 1755 los bienes que formasen parte del mayorazgo pasarían al Cabildo de Navarrete. Nos atenemos a lo que dejó escrito en su testamento la marquesa.
Dice que el mayorazgo del tío Francisco, lo hereda su sobrino Pedro (el tío de la marquesa), y que de este pasa a su hermano Manuel (su padre), y después llega hasta ella, María Teresa. La marquesa dice en su testamento que deja, el usufructo de ambos mayorazgos, a su convento de Valladolid, el convento de San Joaquín y Santa Ana. No sabemos si el convento, que había heredado una gran fortuna de la marquesa, inició o no un litigio con los que estaban ocupando los mayorazgos y las casas del abuelo Pedro y del tío Francisco Coloma en Navarrete, «de manera ilícita», según cuenta Sor María Teresa de Jesús en su testamento. Cuando la marquesa dispuso de los dos mayorazgos, como hemos visto antes, hablaba de los frutos de los mismos. Ella seguiría viva en el convento de clausura muchos años. Hasta que falleció el 11 de diciembre de 1755, a los 65 años.
Créditos:
- Créditos fotografías de las casas, los escudos y libro: Ayuntamiento de Navarrete.
- Crédito fotografía del cuadro del II Marqués de Canales, Manuel Coloma Escolano: © Colección estable – Museo de Salamanca. Junta de Castilla y León
Más información:
- «Navarrete su historia y sus monumentos». Autor: José Manuel Ramírez Martínez. Editado por el ayuntamiento de Navarrete, año 2006. ISBN: 84-606-3109-5
- Escritura de Transacción y obligación en la Villa y Corte de Madrid, 8 de mayo 1689 entre Don Pedro Coloma, Marqués de Canales, y el reverendísimo Padre Diego de Heredía de la Compañía de Jesús. Dato en el testamento de la Marquesa de Canales. Pendiente de investigar con qué escribano se realizó.
- Testamento de Doña María Teresa Coloma Serclás de Tilli, III Marquesa de Canales, Valladolid, 20 de abril de 1718.
- Inventario de bienes de Pedro Coloma Boliaga (Oficial Segundo de la Secretaría de Guerra de su Majestad). Fecha: 20 de mayo de 1651. Archivo Histórico Provincial de Madrid (AHPM), Tomo 7666, folio128 Solicitado por Francisca de Cuellar y Cisneros, tras la muerte de su marido.
Sobre la autora:

Dori Rodríguez García nacida en Chozas de Canales (Toledo – España). Periodista, Licenciada en Ciencias de la Información, en 1987, en la Universidad Complutense de Madrid. Becaria en el Gabinete de Prensa de Televisión Española. Trabajó en las revistas «Tele-Ticket», «Mucho más», «Cómplice» y «Greca» de la Editorial española Sarpe y posteriormente de la editorial alemana Axel Springer. Seguidamente, siguió su labor en otra editorial española, Globus Comunicación, en las revistas «Bricolaje y Decoración», «Brico», «Cocinar Hoy», «Cocina Semanal», «Decoración clásica», «Casas de siempre» y «Cocina Ligera», donde ejerció de redactora jefe. Actualmente es Directora Adjunta de la revista digital: Nutriguia.com y Directora de Adoronews.com
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Una respuesta a «El escudo de los Coloma»
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