Juan Vidal-Colección Primavera-Verano 2014

Marguerite

Marguerite apenas tiene la edad que todos piensan.

De piel húmeda y ojos miel, pasea impúdica, lenta, pausada, mientras la brisa mece un amplio vestido de seda que deja libre su cuerpo, casi desnudo, sin rozarla.

Marguerite es pequeña de estatura. Se sienta y observa, observa un río de oro rosa, un paisaje al que no pertenece, pero al que ya está acostumbrada. A veces inmóvil sueña, sueña que flota, que alcanza las ramas, ramas de flor de almendro, flores que en la noche cubrirán sus sueños.

Marguerite es hermosa, de belleza violenta, prematura e intacta. Una falsa inocencia que marchita con el deseo. Una flor demasiado dulce, una belleza ilusoria susceptible de ser deshojada.

Referentes asiáticos y europeos en una colección donde impera la sensualidad y el hedonismo.
 

Rosa palo, blancos, estampados florales inmensos, vestidos camiseros, sensuales rajas para lucir piernas…
 

The Lover por Marguerite Duras.
El cine de Wong Kar Wai.
Yoko, musa y mujer del fotógrafo Nobuyoshi Araki.
Sylvia kristel, rostro de softporn de los 60.

 Siempre actual… el blanco, con mucho movimiento.


Tejidos, colores, líneas y motivos:

Twill de seda 100%, georgette de seda 100 %, sarga doble de seda 100 %, sarga doble de algodón 100% y satén de algodón y elastán.

La paleta de color en blanco, crudo, negro, diferentes tonos de rosa y malva tiñen la colección con diferentes motivos distantes entre sí pero con un diálogo común.

Las Peónías, habitualmente utilizadas para representar la primavera en el imaginario asiático, son estampadas a gran tamaño y deshojadas potenciando así su delicadeza.

Yabane o emplumado de una flecha. Motivo geométrico utiliado en la era Meiji a principios del siglo XX y utilizado por las jóvenes estudiantes japonesas.

En contraposición y perteneciente al mundo occidental, como nuestra pequeña Marguerite, un estampado de lunares o Pois en tonos suaves que finalizan una serie de motivos de delicado carácter, que estampan blusas, faldas pareo, tablas con grandes aberturas y vestidos en líneas triangulares y lápiz.

Elegantes,  muy ponibles, cómodos… en rosa palo estampado, rajas en las faldas, figuras geométricas,  el negro es una apuesta segura, rotunda, protagonismo en la espalda y en el escote (palabra de honor, al aire, cruzados, cuellos camiseros…).

 
Y también el rojo… con apliques de plástico, a la manera de escamas o lunares en 3D ¡muy originales!.

 

Juan Vidal recibe el aplauso del público.


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